jueves, 15 de mayo de 2008

Actividad extraescolar: esquí en Los Alpes.








Desde hace varios años el Colegio Español Federico García Lorca organiza un viaje a los Alpes para los alumnos del segundo y tercer ciclo de primaria. En esta ocasión nos plantearon a mi compañero de practicas y a mi el ir con ellos para vivir la experiencia y así poder aprender a organizar un grupo de niños en una salida extraescolar.

El viaje a los Alpes estaba planteado para que los alumnos pudiesen aprender a esquiar y también para que tuviesen nuevas vivencias fuera de casa. Os aseguro que cinco dias de esquí y dos días de transporte (uno para la ida y otro para la vuelta) dan para eso y mucho más.

Estuvimos alojados en una casa de montaña en un pequeno pueblo llamado Châtel. La casa era enorme, y lo mejor es que era para nosotros solos. Disponía de cuatro niveles, en los dos de arriba estaban todas las habitaciones, y en los dos de abajo el comedor, la sala de juegos las clases y la zona para dejar el material de esquí. Aquello estaba muy bien organizado. Todas las mañanas bajabamos a desayunar, nos poníamos las botas y nos ibamos a coger el remonte que nos llevaba a las pistas. Allí nos recibían los monitores que se encargaban de organizar a los niños en diferentes grupos según el nivel para, a continuación, llevarnos por las pistas de “Portes du Soleil” durante dos horas. Al finalizar la primera clase bajabamos a la casa para comer y, después de descansar un poco, volvíamos a subir a las pistas para continuar esquiando durante dos horas más. A partir de ese momento estabamos tan cansados que lo único que queríamos era merendar e ir a clase. Yo, mientras los niños recibían sus lecciones, me dedicaba a organizarles un campeonato de futbolín. Éste resultó de gran satisfacción para ellos ya que en todos los ratillos libres que tenían aprovechaban para llevar a cabo los encuentros entre los diferentes equipos. Finalmente cenabamos y más tarde los mandabamos a dormir. Y es que al viaje se apuntaron 65 alumnos mas 6 profesores y yo, y no podíamos dejarlos mucho tiempo revolotear por la casa porque sinó no descansabamos nada.

El lugar era precioso ya que se encontraba rodeado de montanas nevadas. Esta situación estratégica tan buena nos permitía poder acceder al remonte que nos llevaba a las pistas sin necesidad de coger ningún medio de transporte. Durante los quince minutos que nos llevaba alcanzar los remontes teníamos que prestar mucho atención para que los niños fuesen organizados y no hubiese ningún percance en la carretera.

Pasamos unos días fabulosos y es que, además de toda la actividad que llevabamos, las dos últimas noches organizamos un par de fiestas. A la primera la llamamos Fiesta Pijama. En esta todos teníamos que bajar a cenar en pijama y luego hacíamos unos juegos en grupo. Fue muy divertido, pero es que la última noche todavía fue mejor, conseguimos un equipo de música, apartamos todo el mobiliario del comedor y montamos una discoteca para todos los alumnos. Ellos se lo pasaron en grande y nosotros disfrutabamos viéndolos.

También hicimos la entrega de medallas que recibían según el nivel alcanzado por los alumnos durante la semana. Este acto es algo que les motivaba bastante ya que se reconocía el trabajo y el esfuerzo realizado por cada uno de ellos.

Recuerdo el viaje a los Alpes como una experiencia inolvidable donde pude aprender muchas cosas y donde supe disfrutar a pesar del cansancio. Y es que estar con los niños 24 horas al día durante una semana hace que los conozcas más y mejor.

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